Sven Jaschan

.
  • Agregar a Technorati
  • Agregar a Del.icio.us
  • Agregar a DiggIt!
  • Agregar a Yahoo!
  • Agregar a Google
  • Agregar a Meneame
  • Agregar a Furl
  • Agregar a Reddit
  • Agregar a Magnolia
  • Agregar a Blinklist
  • Agregar a Blogmarks

Sven Jaschan es el creador de uno de los virus más famosos de los últimos tiempos.

¿Os acordáis del famoso virus del MSN de: "Hola, mira las fotos que me hice ayer, a ver si te gustan" o "Este de la foto no eres tú, verdad"? Pues este chaval, con solo 17 años, fue su creador.
Os cuento un poco la historia:
Sven Jaschan empezó a interesarse por los gusanos informáticos a los 17 años. Asistía a la Escula Profesional de Informática de Rotemburgo, cuando un virus llamado Mydoom inutilizó las Webs de muchas empresas. Sven quería inventar algo que eliminara el virus Mydoom de los ordenadores...algo como un antigusano.
Quería saber el mejor programador de virus; el mejor, no el más malvado. Por ello habló con un amigo de crear un gusano infórmatico. Su amigo quería participar, pero era demasiado difícil para él. Lo que no se esperaba Jaschan era que este amigo, lo traicionaría tiempo después por 250.000$.
Casi un mes después, el gusano estaba terminado.
Sven Jaschan escribió más de 2.000 líneas de instrucciones para decirle al programa qué tenía que hacer y cuándo. Esto era el código fuente, la cadena de órdenes.
Una vez creado el virus, solo necesitaba a algún usuario de Internet para recibir el gusano y bombardear involuntariamente a otros cientos de miles de personas.
El gusano actuaba de la siguiente forma: rastreaba los discos duros en busca de las direcciones de correo electrónico y, una vez localizadas, se autoenviaba a todas ellas, haciendo lo mismo en los ordenadores de los destinatariosque abrían el mensaje.
Una semana después Sven y sus compañeros de clase celebraban la noticia: una empresa antivirus había detectado el gusano y lo había bautizado como Netsky.

En aquel momento no sabía lo que había desencadenado. Millones de usuarios de correo electrónico rozaron la histeria en las semanas siguientes y la red se co­lapsó ante la enorme cantidad de mensajes superfluos.
Sven siguió echando leña al fueg; hasta Abril escribió 29 variantes del gusano, cada vez mejores y más elaboradas. También pulió los textos que figuraban en el asunto de los mensajes que llegaban a sus víctimas y que les llevaban a querer abrir el archivo que lo acompañaba, como «En esta foto se te ve desnudo«
Sven celebró su cumpleaños el 29 de abril: 18 años. Para él el capítulo Netsky ya estaba casi cerrado. Era el momento de dar el siguiente paso: llevaba un mes dándole vueltas a un nuevo gusano que aprovecharía una laguna en el sistema de seguridad de Microsoft Windows para infectar los PC. Lo único que le hacía falta era un fragmento de código que le permitiese penetrar en PC ajenos. Lo encontró en Internet. Lo encajó en su programa y al día siguiente hizo el ‘doble clic’ más caro de toda su vida: el gusano, que recibiría el nombre de Sasser. había sido liberado.
Microsoft sabía que algo así podría pasar. Ya había avi­sado a sus clientes de que llenaran esa laguna en la se­guridad cuanto antes. Muchas empresas Y usuarios par­ticulares ignoraron el peligro.
«Sasser debería ser como un disparo de aviso -afirma Sven-. La gente tenía que darse cuenta de que sus PC no son seguros.» La prime­ra versión del Sasser fue un fracaso. No se propagó. Pero aun así causó problemas: reiniciaba los ordenadores infectados, algo que no debería hacer. Sven escribió otras tres variantes a toda prisa: el problema persistía, pero al menos se transmitía. Era domingo. Al día siguien­te había clase otra vez en la escuela de Informática. Había que ver lo que tenían que decir sus colegas.

Dijeron lo mismo que todos los informativos repetirían en los días siguientes: que su gusano podía causar daños en todos los lugares del mundo. Los aviones de Delta Air-lines tuvieron que quedarse en tierra, los bancos se vie­ron afectados igual que el Sistema Británico de Vigilancia Costera. Los ferrocarriles alemanes impidieron en el último momento que el Sasser penetrase en su sistema informático; en Australia hubo que detener los trenes y miles de pasajeros se quedaron abandonados en las es­taciones. Aquello ya no era divertido.
Sven empezó a sentir pá­nico. Se dio cuenta de que el código que bajó de Internet y que introdujo en el programa de su gusano era defectuoso. Este defecto hacía que los ordenadores se bloquearan. Sven también se dio cuenta de que ya no podía parar el Sasser. El gusano ha­bía escapado a su control.
Sven supo a primeros de mayo que el FBI andaba tras sus pasos. Tuvo miedo. El 6 de mayo borró parte de su disco duro y guardó los virus bajo una clave. Luego se fue a la cama y pensó: «Todo va a ir bien». Al mismo tiempo. Sascha Hunke, responsable de protección de Microsoft, se encontraba en el hotel Hilton de la ciudad alemana de Bremen con un amigo de Sven. Por fin descubrió su identidad. Al día siguiente, un viernes, llamó al depar­tamento de investigación cri­rninal de la Baja Sajonia.

El autor de "Sasser" salió de la escuela a mediodía y cuando llegó a su casa se sentó ante el ordenador, co­mo siempre. Poco antes de las dos, su hermano abrió la puerta de la habi­tación, «Hay muchos coches ahí fuera», le dijo. Algunos hombres, todos perfectamente trajeados, entraron en la casa y le leyeron la acusación de «propagación de virus informáticos». Uno de ellos llevaba en la mano una or­den de registro. En ella aparecía el nombre del compañero de clase de Sven. El joven se sentó en el borde de su cama, tem­blando. «Yo no he hecho nada», dijo cuando su padrastro preguntó qué estaba pasando. Después se mantuvo callado mientras los policías registraban la casa. «Sí, está ,bien, fui yo», confesó con voz casi inaudible, revelando a uno de los investigadores la contraseña para abrir sus virus: «SKINET
Sven será juzgado en Alemania dentro de unos me­ses. Sólo en su país los daños causados por sus creaciones superan los 150.000 euros. En todo el mundo se calcula que sus virus afec­taron a 18 millones de or­denadores, «Me asusta que mi vida se haya podido ir a la basura reconoce. ¿Cómo voy a poder pagarles a to­dos los afectados? Lo único que puedo hacer es pedir­ les perdón».
De momento, acaba de encontrar empleo en una empresa germana de seguridad informática, Secure Point: cir­cunstancia que ha avivado la polémica sobre la reinserción de los piratas informáticos.
Visto en Nierox

0 comentarios: